Conversamos con Mums y OTD sobre esta conmemoración que se da en un contexto donde “peligran derechos ya ganados” por el auge de posturas ultraconservadoras en el país.
Durante junio el país se llena de los colores de la bandera arcoiris. Así lo vemos en municipios, en fachadas de edificios, en el metro, las marcas lo usan en sus publicidades y un largo etcétera. Esto, para conmemorar una vez más el Día internacional del Orgullo LGBTQ+, fecha que se usa por la comunidad para visibilizar sus existencias y vivencias, además de exigir sus derechos.
Si bien para algunas personas esta fecha es una fiesta, otras organizaciones señalan que no hay nada que celebrar aún. Sin ir más lejos, el 4 de junio se rechazó el proyecto de reforma a la Ley Antidiscriminación, o Ley Zamudio, en un debate marcado por los discursos de odio.
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Por otro lado, durante este mes se comenzaron a cuestionar las terapias afirmativas para infancias y adolescentes trans en Chile. Esto trajo como consecuencia que el Ministerio de Salud recomendara no comenzar terapias hormonales para menores de 18 años mientras se hacen nuevos lineamientos técnicos al respecto.
Conversamos con Néstor Urrutia, director del Movimiento por la Diversidad Sexual (MUMS), y la presidenta de Organizando Trans Diversidades (OTD), Ignacia Oyarzún, sobre cómo estos hechos marcan esta nueva conmemoración del Día del Orgullo.
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Los derechos de la comunidad LGBTQ+ son derechos humanos
Para Néstor Urrutia, director de MUMS, esta conmemoración del Orgullo tiene un carácter de respuesta ante la oleada ultraconservadora en la sociedad y el debate político, que presenta e instala ideas como que la comunidad LGBTQA+ es una minoría privilegiada, no marginada históricamente.
“Recibimos el orgullo con un afán crítico porque es primera vez donde se ven peligrando derechos ya ganados (…) Esto, por ejemplo, con el rechazo a la ley antidiscriminación, con suspender las terapias hormonales para comunidad trans, con que las terapias de conversión se vean como una posibilidad cuando son, derechamente, tortura”, explica.
Respecto a lo que queda por avanzar, Néstor señala que tiene que ver con la política pública. “Los derechos de la comunidad LGBTQ+ son derechos humanos (…) Lo que hay que asegurar son vidas dignas para la comunidad a través de leyes que te aseguren el derecho a la identidad, te protejan de la discriminación, redes de protección, que exista educación sexual integral y de ahí en adelante”, señala.
Y agrega que son temas difíciles de discutir cuando “hay una derecha ultraconservadora en el Parlamento”, cuyos mensajes llegan a la ciudadanía, a diferencia de lo que se plantea desde el progresismo.
“Es una inmensa ventaja de estos grupos que saben apuntar a problemas cotidianos de las personas. Pero cuando hablamos de problemas estructurales como la discriminación, es muy complejo de entender, porque aparte nadie quiere verse en la vereda de la discriminación”, explica. Para avanzar en esa comprensión, Néstor, quien además es profesor de historia, señala que es clave una mirada interseccional.
“La mayor parte de la población está en una situación vertical, en que responden a un superior. Si comprendemos eso, entendemos que eventualmente podemos ser víctimas de discriminación”, indica Néstor, agregando que estos cambios son de larga duración y que requieren de formación y voluntades.
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Odio generalizado hacia la comunidad
Ignacia Oyarzún, abogada y presidenta de OTD, se refiere a cómo durante este mes se han cuestionado los acompañamientos y terapias afirmativas para las infancias y adolescencias trans. “Es gravísimo que un gobierno progresista sucumba ante cuestionamientos de movimientos anti derechos y haya emitido una circular regresiva respecto de la comunidad trans”, indica. Para ella, esta decisión desinforma y legitima la discriminación ya existente contra este grupo.
Si bien la circular plantea no iniciar nuevos tratamientos hormonales, pero mantiene los que ya están en curso, para Ignacia el objetivo final de los movimientos anti derechos “es que se detenga todo el acompañamiento a la comunidad trans (…) Finalmente son prácticas de exterminio, porque incluso cuestionan la Ley de Identidad de Género”.
Lo que han hecho como organización es aunar fuerzas con la comunidad, informar, conversar con niños, niñas y adolescentes trans, además de sus madres y padres. “La comunidad está muy a la deriva y la falta de información agrava el problema. Al unirnos también podemos incidir en conjunto en estas medidas”, señala.
Respecto al Día del Orgullo, la presidenta de OTD afirma que no hay nada que celebrar. “Usamos estas fechas para conmemorar y para hacer visible que, a pesar de los años, seguimos en la misma situación o contextos peores (…) Hablamos que de que hay un odio generalizado en todo el mundo hacia nuestras comunidades”, concluye.