Conversamos con Nicole Rojas, Encargada de Estudios de Rompiendo el Silencio sobre las razones por las que se rechazó la reforma a la ley Antidiscriminación
Diversas reacciones se han presentado luego del rechazo a la reforma de la Ley Antidiscriminación en la Cámara de Diputadas y Diputados. Con 69 votos en contra, 63 a favor y 13 abstenciones, el proyecto pasó a una Comisión Mixta entre representantes del Senado y la Cámara para mejorar los puntos en desacuerdo en este y, posiblemente, lograr que se apruebe.
Nicole Rojas, socióloga y Encargada de Estudios de Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio, señala que “no esperaban que se rechazara, pero no nos sorprende con la composición que hay en ambas cámaras”. Revela que habían votos de la derecha “menos conservadora” comprometidos para la aprobación, pero que finalmente eso no se vió en el debate.
Lo que sí se vio en el debate fueron discursos de odio y fundamentalismos. Para Nicole Rojas esto se dio porque “se homosexualizó el debate”, es decir, aunque la aplicación de la ley se haya dado en su mayoría en casos de discriminación por discapacidad, se hace creer que es una ley solo para la comunidad LGBTQ+.
El que se centre solo en la comunidad LGBTQ+ no permite un apoyo más transversal. “La sociedad chilena está mucho más conservadora y está decepcionada -luego de lo ocurrido con los dos procesos constitucionales y la pandemia- y eso es el caldo de cultivo para los fundamentalismos y la derecha ultraconservadora”, señala la socióloga.
Una culpa compartida
Para la representante de Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio, que trabaja por los derechos humanos de las mujeres lesbianas y bisexuales, el que se rechazara la reforma es una culpa compartida por ambas partes.
Por un lado, está la ideología de una derecha ultraconservadora que por diversas razones no quiere avanzar hacia una mejor implementación de esta ley. Y por otro lado, “las organizaciones debimos posicionar un debate que involucre a toda la sociedad (…) Es necesario dar a conocer que la ley apunta a cualquier grupo marginado, no sólo la diversidad sexual”, explica Nicole Rojas.
Hay que recordar que esta ley apunta a otros grupos como migrantes, personas con discapacidad física o mental, de la diversidad sexual y de género, pertenecientes a alguna religión, niños, niñas y adolescentes, por nivel socioeconómico, entre otras interseccionalidades que puedan ser marginadas o discriminadas.
Durante la discusión se utilizó como argumento que esta ley le sirve solo a una minoría y que hay otras prioridades. Nicole explica que “no tenemos cifras para saber a cuánta gente le podría afectar. Además si fuera por eso no podríamos legislar para personas con enfermedades extrañas, por ejemplo. El argumento se cae solo y tenemos que sacar el debate de ahí”.
Recomponer el tejido social
Desde la Agrupación dudan que luego del trabajo de la Comisión Mixta se apruebe la reforma, solo esperan que no sea una discusión cerrada y que se vuelva a posicionar el debate. Para Nicole Rojas es necesario recomponer el tejido social, es decir, entender las preocupaciones que tiene la ciudadanía, “hay que reflexionar sobre cómo nos reconstruimos, pensar en quienes dicen ¿de qué me sirve tener una ley antidiscriminación si no tengo para comer o dónde vivir?”.
En ese sentido creen que la estrategia es volver a organizarse colectivamente como organizaciones y encontrar nuevas estrategias para llegar a las bases, incluso señalando que el movimiento feminista debiese plegarse a estas demandas. Considera que esto es difícil ya que hay un cansancio en el activismo, organizaciones sin recursos necesarios y una población que sobrevive en el día a día. Pero concluye que es “necesario hacer fuerza nuevamente para que no nos vuelvan a pasar la máquina”.