Todes contra el fascismo

*Por convencional y vicepresidenta Elisa Giustinianovich

 

Muy contenta de estar ya de vuelta en mi querida Patagonia para nuestra semana territorial e inevitablemente, en el reencuentro con las compañeras de vida y activismo, la conversación llega a un lugar común: ¿Cómo afectaría al feminismo la llegada de la ultraderecha?

Aunque desde la Coordinadora Feminista y la Coordinadora Social de Magallanes decidimos enfocar nuestro trabajo en el poder constituyente y no en el poder constituido, a una semana de las elecciones presidenciales hemos debido observar junto a todo Chile cómo se hace carne la famosa frase de que “la historia no se repite, pero rima”. Y es que, tras una Revuelta Popular que se encauzó en un rotundo Apruebo, y luego en la entrada significativa de movimientos sociales, ambientales, sindicalistas y feministas a escribir la Nueva Constitución, parece tan irracional que en el mismo año estemos ad portas de un eventual presidente de extrema derecha y un fascismo en ebullición que ya no teme mostrarse abiertamente en público.

 

¿Cómo llegamos a esta polaridad llamada Chile? Si parece que con cada avance que logramos, la resistencia al cambio nos hace retroceder un paso.

 

En paralelo, ya esta semana la Comisión de Forma de Estado que integro comenzó a itinerar por localidades de las regiones de Valparaíso y O’Higgins, con el fin de llevar la Convención a los rincones donde probablemente las decisiones importantes nunca han estado en manos de los pueblos. Como una señal inequívoca de descentralización, y en busca de que el texto en construcción sea efectivamente la Casa de Todxs, con mucha emoción hemos visto lo que no es titular en la prensa: personas, comunidades, y organizaciones involucradas y comprometidas con este proceso, reivindicando las prácticas políticas como la actividad que puede realmente cambiar nuestras vidas y entornos.

Tristemente ese entusiasmo no permeó a la ciudadanía por parte de los políticos de los treinta años. La falta de partidos robustos y creíbles, la escasez de visión a largo plazo para el cambio generacional, y más peligroso aún, la persecución a la Educación Cívica a manos de sujetos enquistados en los espacios de poder, lograron hoy lo impensado para un país que aún siquiera repara las heridas de una dictadura siniestra: que ante la indiferencia y desafección de las personas con la política, peligre la Democracia, los Derechos Humanos y el Proceso Constituyente.

Porque sí, abogamos por el derecho y respeto a la diversidad como el camino hacia la paz social, en todos los aspectos de la vida, incluyendo el espectro político. Pero tal como pasa con la libertad de expresión -que tiene como límite los discursos de odio-, podemos tolerar a los partidos políticos de todos los colores, pero bajo ninguna circunstancia aquellos que amenacen con el retroceso en Derechos Humanos Fundamentales. 

Lamentamos y rechazamos rotundamente el  anquilosamiento de la clase política y su deseo de permanencia en el poder a toda costa, reflejado hoy en la derecha chilena que no duda en transar principios universales que como humanidad hemos logrado alcanzar, tras guerras, miserias y muertes.

Como feministas -y como siempre-, estamos en alerta, conscientes en que debemos defender los derechos que tanto nos han costado, y hacemos un llamado a la participación popular masiva en las elecciones del próximo domingo que además afectarán directamente el Proceso Constituyente.

¡No pasarán!

 

*Elisa Giustinianovich Campos es bioingeniera y doctora en Ingeniería Química de la Universidad de Concepción. Elisa es feminista y fue electa como representante del distrito 28, región de Magallanes, como representante de la Coordinadora Social Magallanes. Es independiente y, actualmente, es vicepresidenta de la Convención Constitucional e integrante de la Comisión Forma de Estado. También, integra el Colectivo Eco Constituyentes, quienes velan por una nueva Constitución con mirada social y resguardo al medioambiente de forma transversal.