La excomisionada hizo un extenso repaso sobre el trabajo de la Comisión Experta con sus nudos y encuentros, así como una evaluación del trabajo del Consejo Constitucional y las normas que a su parecer son un peligro y un retroceso.
*Catalina Gutiérrez Vallejos y Constanza Valle Parra
Fueron seis meses de trabajo constitucional, pero Magaly Fuenzalida siente que fueron 10 años. La sensación de atemporalidad se va de sus hombros cuando ve a su hijo y recuerda que aún tiene seis. Esta es la recompensa de la excomisionada por el Frente Regionalista Verde Social (FVRS).
Fuenzalida aceptó el desafío en enero de este año. Y desde ahí todo ocurrió sin pausa. Detuvo sus actividades laborales como periodista en Valparaíso y se dirigió a Santiago, para asistir a las sesiones de la Comisión Experta y después del Consejo Constitucional. Todo por una meta: “Una Constitución en democracia, que lamentablemente, muy en mi desesperanza, perdimos una tremenda oportunidad”.
La excomisionada está “En Contra” de la propuesta de nueva Constitución. La primera vez que se refirió a esta posición fue el 30 de octubre, día en el que representantes de Republicanos y Chile Vamos del Consejo aprobaron por mayoría el texto. La izquierda, el mundo progresista como se refiere la excomisionada, votó en contra.
En tu discurso de cierre afirmaste que “es fácil para las personas de Chile no encontrarse en esta propuesta”, esto lo ejemplificaste con experiencias tuyas: ser mujer, mamá, periodista y habitante de región. Comencemos por lo primero, ¿qué significa este texto constitucional para las mujeres?
Este es un texto que, claramente, perjudica a las mujeres puesto que retrocedemos en políticas y avances que nos ha costado conseguir. Creo que quienes la escribieron, en el fondo, nunca estuvieron dispuestos a reconocernos en igualdad de condiciones. Y, pese a esto, hoy día, nos dicen que esta propuesta constitucional fue escrita por letra de mujer, solo porque, en el fondo, menciona la palabra ‘mujer’ más veces que la Constitución del ’80. Pero no me parece que sea un buen ejemplo, puesto que en el texto actual la palabra prácticamente no existe.
Además, en términos de lo que habíamos ganado para la participación política, este texto de propuesta retrocede en las discusiones que, por lo menos, hemos dado en los últimos diez años. Nosotros ya ni siquiera decimos que este texto tiene paridad.
Por ejemplo, en la Comisión Experta planteamos participación política de mujeres, incluyendo a sectores de derecha que decían que la paridad llegó para quedarse. Sin embargo, la propuesta retrocede en este punto y lo limita a dos elecciones. ¿De verdad creemos que en sólo dos elecciones se va a resolver una discusión que venimos dando desde el ’89 al 2019? Sinceremos: ¿queremos resolver el problema o solo queríamos dejarlo ahí para que las mujeres o grupos feministas no vinieran a reclamarnos en temas que habíamos avanzado?
Por otro lado, la Comisión Experta logró establecer una participación de las mujeres tanto en cargos políticos o de elección popular, como en cargos electivos. Con este último punto, quizás mucho más técnico, se proponía que las mujeres pudieran acceder aquellos lugares de poder, como ministerios o direcciones de servicios públicos, en igualdad de condiciones, o en espacios tan importantes donde las mujeres no estamos, como en el Poder Judicial. Con este texto no vamos a tener esa posibilidad, porque el Consejo Constitucional, principalmente la mayoría republicana, decidió eliminarlo.
Como mamá también mencionaste que te preocupa el texto, específicamente en lo referido a niños, niñas y adolescentes del país. A tu juicio, ¿Crees que hay una visión adultocéntrica en esta propuesta?
Sin duda. En mi discurso final dije que este texto es malo para las mujeres y también para los niños, que normalmente están más ligados a nosotras, ya que no les otorga derechos ni la titularidad de estos; se las entrega a los papás, como si los niños fueran su propiedad. Aspecto que, además, se encuentra ligado a una de las normas que, a mi juicio, son por lejos lo más peligroso que tiene esta propuesta de Constitución: la objeción de conciencia, que pone a este grupo en un escenario súper complejo.
Yo tengo un hijo de seis años y creo que soy una buena mamá, pero ¿qué pasaría si no lo fuera? Por ejemplo, con el derecho que me otorga este proyecto constitucional junto a la objeción de conciencia, podría tomar decisiones como no mandarlo al colegio; no vacunarlo, pese a que el Estado lo plantee ante una pandemia; no realizarle una transfusión de sangre, aunque de eso dependiera su vida. Todo esto por mi objeción de conciencia o mi derecho de ejercer mi creencia religiosa.
Además, la objeción de conciencia de esta propuesta esta ligada a una cosa que, a mi parecer, es bien cruel: la discriminación. Como la objeción de conciencia quedó tan abierta, ya no solo es individual e institucional, sino que puede ser en un millón de versiones, podría permitirnos volver a discriminar, por ejemplo, en los colegios a no aceptar a los hijos de mamás solteras o incluso peor como profundizar aún más la discriminación con los niños TEA. Con esta norma les pone aún más cuesta arriba y los expone más a posibilidades de discriminación si un colegio simplemente prefiere cumplir con el SIMCE antes de ser un proyecto como más integrativo.
Y, por otro lado, tenemos la situación de la conocida como Ley Papito Corazón. En la propuesta se establece que los fondos no van a poder ser expropiados ni apropiados por el Estado a través de mecanismo alguno por lo menos se pone en entredicho esta ley. Los principales perjudicados con no poder acceder a esos recursos van a ser los niños, que no van a tener el medio a través del cual poder alimentarse, ir al colegio, vestirse y todo lo que corresponde al rol que deberían asumir los papás como corresponde.
¿La objeción de conciencia sería un peligro solo para niños, niñas y adolescentes o es transversal a la sociedad?
Es un peligro para la sociedad. No existe ninguna constitución en el mundo que aparezca constitucionalizada la objeción de conciencia, pese a lo que dijeron, no me acuerdo si fue un consejero republicano o UDI, que dijo que sí existía, que estaba en la de Alemania, pero lo que a él se le olvidó decir es que sí existe, pero solo para efectos del servicio militar. Nada más.
Es un peligro para nosotras, las mujeres, puesto que podríamos retroceder en derechos ganados. Un ejemplo clásico: la entrega de la píldora del día después. Las farmacias se coludieron para no entregarnos ese anticonceptivo de emergencia. Eso podría volver a pasar porque la dejaron abierta sin apellidos, es decir, sin mencionar individual o institucional, entonces son muchos los frentes en los cuales puede afectarnos.
Incluso si nos pusiéramos muy quisquillosos, por ejemplo, podrías decir que tu objeción de conciencia te impide pagar contribuciones. El consejero (Luis) Silva dijo, en la comisión de principios: “Yo no sé cómo puede desmadrarse este tema”. O sea, así de amplio puede ser, y a mí, de verdad, me parece una de las normas más peligrosas.
Como excomisionada de la región de Valparaíso, ¿Crees que esta Constitución incorpora un avance para la descentralización?
No. Lamentablemente nos perdimos una tremenda oportunidad de haber descentralizado de verdad el país. Lo que a mi me genera muchas dudas, porque donde más avanzamos en términos de descentralización fue en la Comisión Experta, pese a que habíamos dos o tres comisionados que éramos de regiones. Y, sin embargo, en el Consejo Constitucional donde todos provenían de regiones, se retrocedió en muchos temas de lo que habíamos avanzado en la Comisión, principalmente porque habíamos logrado establecer mecanismos que nos permitían descentralizar el país, pero con la exención de contribuciones se nos fue quedando todo como solo en letra muerta, como decimos nosotros, o en una descentralización más bien de papel.
Las contribuciones son dineros que van al fondo común municipal, que es donde más echan mano las comunas más pobres, pero con esta norma de exención se quedarán sin recursos suficientes. Por ejemplo, en la región de Valparaíso, de dónde provengo, tres comunas dependen de este: Cartagena en un 88%, Putaendo en un 78% y Quintero, que además es zona de sacrificio, depende en un 76%.
Entonces, si no somos capaces de entregarle recursos a través del fondo, nada de lo que nosotros propusimos en el capítulo de descentralización podría concretarse. No podríamos nunca permitir que la gente pudiera resolver sus temas en lo que nosotros llamamos este desarrollo progresivo, para que la gente pueda ir primero a lo local, si no encuentra ahí pueda ir a lo regional y, en última instancia, a lo nacional. Eso es lo que nosotros buscamos, que la gente pueda resolver sus temas en sus territorios y esta Constitución no lo permite, deja una Constitución de papel y, en definitiva, es una Constitución que está en contra de los barrios.
Día y Noche del proceso constitucional
En enero de este año, el Congreso Nacional definió un grupo de avanzada del proceso constitucional para redactar el anteproyecto, texto sobre el que debería trabajar el Consejo Constitucional. El grupo, conocido como Comisión Experta, estuvo conformado por 24 personas que tuvieron que trabajar, como un equipo a pesar de las diferencias, pues las fuerzas políticas de izquierda y derecha estuvieron representadas en igualdad: 12 y 12.
Fuenzalida fue parte de este equipo que, en su opinión, representó el día. “Fuimos capaces de ponernos de acuerdo y también de no estar de acuerdo. No todo fue miel sobre hojuelas. Pero éramos capaces de conversar, sin dejar los valores o los principios que nos pusieron ahí (…) Siempre con la meta final de pensar en el bien del país”.
¿Y eso se cumplió en el anteproyecto?
Sí. Creo que entregamos un texto decente, donde no todos quedamos felices pero sí conformes, nos podíamos ver en él. Además, éramos un organismo compuesto de manera muy diversa, pero todos éramos capaces de vernos en eso. Y luego viene…
¿La noche?
La noche, sí. A mi la Comisión Experta me devolvió un poco la esperanza de este nuevo progresismo, que era capaz de ponerse de acuerdo. Eso lo pudimos extender al mundo progresista que llegó al Consejo. Nosotros si aprendimos las lecciones del proceso constitucional anterior. Hicimos el mea culpa y de aprender de las lecciones.
En cambio, la derecha no. Sobre todo la que llegó al Consejo, que se atrincheró, que estuvo disponible a avasallar con su mayoría, a cerrarnos la puerta (…) Republicanos no aprendió nada, solo quiso pasar máquina, plantear su ideología, a compensar una Constitución para un futuro gobierno de su sector.
Entre más leo este nuevo proyecto constitucional, más me convenzo en realidad de que es el programa político de un solo sector. Y lo que no entendió Republicanos es que Chile no es republicano. En el Chile que vivimos todavía caemos todos. Y en ese texto no nos vemos nosotros.
En la Comisión Experta pude haber tenido mis diferencias, pero siempre fuimos capaces de conversarlas y zanjarlas. Sin embargo, en el Consejo, en un par de ocasiones, me sentí maltratada y eso nunca me pasó en la primera instancia. Por eso hago esta comparación entre el día y la noche del proceso constitucional, porque fue bien oscura la segunda parte.
Aprendizajes y trincheras
Fuenzalida, como representante del mundo progresista, sostuvo que este sector durante el proceso constitucional fue capaz de dejar sus intereses partidistas de lado, en pos de cumplir con el país para entregar una Constitución. Tarea que, a su juicio, no pudo cumplirse debido, principalmente, a Republicanos y Chile Vamos, que trabajaron en unidad haciendo uso de su mayoría en el Consejo Constitucional.
Aunque su crítica se centra principalmente en Chile Vamos. “Sentí que se desligaron de los acuerdos a los que llegaron con nosotros en la Comisión. A esos acuerdos en donde nos dimos la mano y estuvimos de acuerdo, en buscar el consenso por un buen texto de nueva Constitución, ellos se desligan en la segunda parte (…) No supieron jugar el rol que tenían. De haber sido un puente. Ellos perdieron una tremenda oportunidad de haber aportado a tener un buen texto”, señaló la excomisionada.
Maximalista, malo y anti-mujeres
Para Fuenzalida estas tres palabras resumen los “miedos” que tiene con esta propuesta constitucional. Además, advirtió que el texto empeoraría algunos aspectos como pensiones, salud y educación.
“Por lo mismo me cuesta a veces mucho entender que sabiendo todos los problemas que tiene este país, que nos venimos arrastrando hace tanto tiempo, hubo un sector que no estuvo disponible. Y digámoslo con su nombre: Republicanos no estuvo disponible a pensar en el Chile de todos. Y solo quiso pensar en aquellos que están de acuerdo con lo que ellos plantean”, sostuvo la excomisionada.
En torno a esa respuesta, ¿Se debe cerrar el tema constitucional o perseverar en un tercer proceso?
Lo hemos dicho quienes participamos de este proceso, lo dijo el Gobierno y lo dijeron los presidentes de los partidos que representan al mundo progresista: Esto se cierra aquí. Pero se cierra con el “En Contra”, porque es la única opción que tenemos de dar certezas al país de que nos vamos a seguir eternamente en un loop de reformas, de nuevos procesos.
¿Por qué específicamente con la opción “En Contra”?
Porque es la única forma de entregar certezas de que esto se va a cerrar. Este texto, en el caso de aprobarse, así como quedó es tan malo, que sería como un cuento de nunca acabar el seguir reformándolo.
Durante estas semanas, se han seguido encontrando problemas técnicos, problemas de redacción, problemas de normas que hablan de un tema y te remiten a otra letra, por ejemplo, y en esa otra letra ni siquiera se habla del mismo tema. Son tantos los problemas técnicos y profundos que tiene esta Constitución que, en el caso de ser aprobada, tendría como consecuencia que el Congreso volcará todas las energías a tener que reformarla quizás por cuánto tiempo.
Además, esta propuesta tiene transitorias con plazos y un montón de organismos que crear. Por lo que todas las energías del gobierno y del poder legislativo tendrían que volcarse a reformar este documento en un plazo que quién sabe cuándo podría terminar, en vez de volcarnos a resolver los problemas que están ahí en el Congreso que el gobierno ha presentado o proyectos vamos en la cuarta propuesta de reforma previsional. En cambio si nos concentramos en lo que ya está en el Congreso podríamos resolverla perfectamente, pero yo quiero dejar súper en claro que para el mundo progresista esto se cierra aquí con él en contra y ya lo han dicho lo que es oficial es lo que plantearon todos los presidentes de partidos que nos representan en el Congreso.