*Por Francisca Arauna
El 4 de julio de este año empezamos un nuevo desafío: dar a conocer el trabajo que realizamos durante un año. Otros ya habían empezado a expandir sus mentiras del texto, pero también de nuestras vidas, de lo que queremos, de nuestros sueños y esperanzas para este país.
Así fue como las noticias falsas se han convertido en nuestra nueva batalla, una dura batalla que estamos dando en contra de la desinformación. Escaló tanto que hoy vemos como un diputado de la República, utilizando las mismas técnicas que se han usado a nivel internacional por los mismos sectores, cuestiona a las instituciones electorales.
Es de manual. Fuera de plazo, por redes sociales y descalificaciones sumándose a la tendencia mundial de dañar la imagen de los organismos internacionales previo a las elecciones o plebiscitos, pavimentando el camino para cuando el resultado del 4 de septiembre no sea el que esperan, facilite cuestionar los resultados y no perder en su batalla por deslegitimar el proceso constituyente.
Yo me pregunto que si el texto fuera malo como dicen, si el resultado estuviera asegurado como dicen, ¿por qué es necesario mentir de esta forma? ¿Por qué es necesario apelar al miedo? Se introducen en nuestra cabeza, atacan temas sensibles para nosotras y nosotros como lo son nuestra casa que tanto cuesta tener, la salud que nos hace perder familiares esperando una atención digna, a nuestros niños, niñas y adolescentes y su educación, al racismo tan arraigado en nuestra cultura y a nuestra libertad de elegir nuestra espiritualidad.
¿Ahora les preocupa? Nos dicen que esperan un nuevo proceso que de verdad nos una, una que “nos incluya”, dicen. Lo que no dicen es que esa que “nos incluya” nos terminará excluyendo más, pues en la idea de país que ellos tienen sólo entran ellos para seguir imponiendo lo que necesitamos, el lugar que debemos ocupar en la sociedad, sin escucharnos.
Su idea de que fragmentamos el país es no ver la realidad, ya somos un país fracturado y con dolores y lo que esta Constitución busca es llegar a tiempo. Refleja la realidad y la diversidad de este país, la verdad, nos guste o no esta Nueva Constitución nos incluye a todas y todos porque la hicimos personas que vivimos y sufrimos la precarización de los derechos sociales, ya sea en primera persona o porque realmente somos vecinos de la señora Juanita, no necesitamos inventarnos una conversación con ella para intentar darle realidad a un discurso que les queda ajeno y desconectado.
Llena de tristeza de que su plan funcione, que logren hacer creer a muchas personas sus mentiras de “¡Les van a quitar su casa! ¡Les van a expropiar sus fondos de pensiones!” “¡Los mapuche van a poder matarnos sin recibir una condena!” “¡La nueva Constitución elimina las herencias!” “¡Los homicidas van a poder postular a cargos de elección popular!”, da pena, porque ellos saben que es falso, porque estuvieron en las discusiones, porque tienen educación, porque saben de leyes, legislación, interpretación, porque la mayoría escuchó y participó de las discusiones que dieron lugar a la propuesta constitucional y porque leen la propuesta. Ellos la leen completa, pero cuando la tienen que mostrar a las personas, exponen sólo lo que les conviene o los textos falsificados que hacen circular.
Pero no podemos sólo quejarnos de lo que está pasando, tenemos responsabilidad en que sean ellos los que instalen las temáticas. ¿Qué podemos hacer? Informar, abrir discusiones en nuestra familia, en la mesa hablar de política, con nuestras amigas y amigos, en la fila esperando algún servicio, cuando vamos a comprar un juguito o una bebida a la esquina, ir a las actividades informativas, descargar, comprar o ir a algún lugar donde entreguen gratuitamente el texto, leer y preguntar.
Está en nuestras manos avanzar a una democracia directa y vinculante y decidir qué es lo mejor para nosotras y nosotros, cuidarnos y protegernos.
En el pasado queda la frase “no importa por quién vote, yo tengo que seguir trabajando igual”. Por supuesto que hay que trabajar, pero las condiciones en las que lo hagamos son las que podemos cambiar y por eso votemos informados este 4 de septiembre. No da lo mismo quién nos gobierne, el 2019 despertamos y no nos volveremos a dormir.
*Francisca Arauna es exconvencional distrito 18 de la región del Maule. Arauna es abogada e integra el equipo de la plataforma Derecho Fácil.