“Estoy menstruando”: ¿cómo y cuándo hablamos de menstruación?

Aunque aproximadamente un millón de personas en Chile menstrúan al día, esta no sólo sigue siendo un tema tabú, sino que muchas mujeres, niñas y personas que menstrúan no tienen los elementos básicos para vivir el proceso de forma digna. La campaña “Estoy menstruando” busca abrir la conversación.

 

La UNICEF señala que la menstruación es parte del fenómeno de reducción de oportunidades para niñas, adolescentes, mujeres y personas menstruantes. No solo por el gasto económico que implican los productos de gestión menstrual, sino también por el impacto en la salud, los tabúes y la desinformación al respecto.

 

Hay niñas que no pueden comprar productos de gestión menstrual, impidiéndoles, por ejemplo, ir al colegio o estar en clases sin sentir vergüenza. Mujeres con dolores tan intensos que les imposibilita ir a trabajar. O personas en situación de calle que ni siquiera tienen acceso a agua potable para asearse mientras menstrúan. 

 

Según el Estudio de Gestión Menstrual realizado por el Sernac en 2022, si se utiliza un solo producto de contención y antinflamatorios para los dolores menstruales, los costos anuales pueden ir desde $35.032 a $269.487 para un periodo de 5 días. Por otro lado, el estudio realizado por el mismo organismo pero en poblaciones hipervulnerables señala que solo el 48% de las mujeres privadas de libertad cuenta con productos de gestión menstrual para todo su ciclo, mientras que para las personas en situación de calle el porcentaje llega a 37%

Ana Orpis, integrante de Red Acción Carcelaria

 

Es precisamente eso lo que aborda el proyecto de ley sobre derechos menstruales (Boletín 14577-34) ingresado en 2021 por las diputadas Maite Orsini, Karol Cariola, Natalia Castillo, Carolina Marzán, Maya Fernández, Daniella Cicardini, Marcela Hernando, Marisela Santibáñez, Claudia Mix y Erika Olivera. “Buscamos visibilizar, reconocer y resguardar este fenómeno biológico en el ámbito económico, por cierto, pero también, en el ámbito social, cultural y sanitario. Finalmente se trata de darle a la menstruación la dignidad que merece”, fundamentan las diputadas. 

 

“Al ser un tema normal no se habla, si te llega te las arreglas sola o con la compañera. Pero es solo un grupo al que no le va a afectar en la economía doméstica (…) No todas tenemos los mismos escenarios para menstruar”, señala Sofía Larraguibel, líder de Girl Up Chile y activista por los derechos menstruales. Es por esto que desde hace más de un año se trabaja en la Red por los Derechos Menstruales con organizaciones de mujeres, del área de la salud, de la educación, psicólogas, etc. 

 

Como Red han trabajado por reunir apoyo para que el proyecto de ley de derechos menstruales avance en su tramitación -en mayo de 2022 se aprobó en la Cámara de Diputadas/os y desde entonces se encuentra en Comisión Especial en el Senado-, pero también buscan cambiar el discurso cultural en torno a este proceso biológico. “Nos preguntamos ¿por qué hablamos en oculto sobre la menstruación? (…) Y al verlo como algo privado no vemos que hay quienes no están menstruando dignamente”, explica Sofía Larraguibel

 

Campaña “Estoy menstruando”

 

La fundación Mujer Mundo, inició la semana pasada su campaña Estoy Menstruando, que busca, según su directora Constanza Lizama, “sacar la menstruación de abajo de la alfombra”. 

Constanza Lizama, directora de Mujer Mundo, y Sofía Larraguibel, líder nacional de Girl Up

 

“Es un proceso normal del que nadie habla, pensamos ¿en qué contextos hablamos de menstruación? No en cualquier lugar o con cualquier persona”, explica. A través de las poleras con el mensaje “Estoy menstruando” y las experiencias que comparten cada una de las personas que se han sumado, se busca abrir la conversación y avanzar a que esto deje de ser un tabú. 

 

Esta es solo una de las diferentes iniciativas de la fundación que trabaja por erradicar la pobreza menstrual en Chile y Latinoamérica, siendo la pobreza menstrual un fenómeno que se refiere a la falta de información y educación, la falta de acceso a productos de gestión menstrual y la falta de acceso a instalaciones sanitarias

 

Constanza Lizama señala que además de las iniciativas de educación y acceso a equipamiento, con la campaña Estoy Menstruando buscan generar un movimiento a nivel nacional y mundial. “Ya se han sumado chicas de México, España, África y Nueva Zelanda (…) Queremos avanzar a que eventualmente las poleras se confeccionen en otros países y esas ganancias vayan para organizaciones sociales y/o de educación menstrual”.