Con estas palabras, Castillo se refirió a la importancia del proyecto que fija cupo de artistas mujeres en conciertos, aprobado en octubre por la Cámara y que, actualmente, se encuentra a la espera de iniciar su segundo trámite en el Senado.
*Por la pasante Ignacia Gutiérrez junto al Equipo La Neta
A mediados de octubre, la sala de la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó la moción que modifica la ley sobre fomento de la música chilena para establecer un cupo mínimo del 30% en eventos musicales masivos para artistas solistas y/o agrupaciones musicales nacionales, que estén integradas únicamente por mujeres o sean mixtas.
Y, en el caso de conciertos de artistas extranjeros acogidos a franquicias tributarias, se deberá contemplar la participación de, al menos, una telonera o telonero chileno. Además, se establece una multa a beneficio fiscal de 50 a 100 UTM, en el caso de que no se cumplimiento a la disposición.
Actualmente, el proyecto se encuentra ad-portas de iniciar su segundo trámite legislativo en el Senado, específicamente en las comisiones de Cultura y Mujer y Equidad de Género, que deberán revisar y estudiar lo aprobado por la Cámara. En esta espera, La Neta conversó con la autora de la moción: Nathalie Castillo, diputada del Partido Comunista por el distrito 5 de la Región de Coquimbo.
¿Qué medidas de promoción e incentivo que no se encuentren en el proyecto pueden colaborar con este en la realización de festivales con mayor presencia de mujeres en ellos?
Yo creo que hay que empujar un cambio cultural, desde la individualidad y luego del colectivo, sobre que sí hay muchas mujeres artistas, cantantes, en nuestro país disponibles y con muchas ganas de mostrar su talento en el escenario. Hay que despejar esa idea de que no hay mujeres suficientes para cumplir la cuota que exige nuestro proyecto, que es de un mínimo del 30%.
En esa línea, creo importante que desde los pequeños y grandes espacios, sean desde la institucionalidad o las propias organizaciones comunitarias, vecinales o sectoriales, se fomente la participación a través de, por ejemplo, lo importante que es no invisibilizar a las mujeres en la música, o en lo más concreto, que en la misma grilla musical se convoque a mujeres, tal como lo exigirá la ley si la propuesta es despachada por el Congreso.
Esta iniciativa busca hacerse cargo de la enorme discriminación que viven en las mujeres por cuestiones de género. Lo dijimos en su momento: el proyecto de ley que trabajamos junto a la plataforma Somos Ruidosa modifica la ley 19.928, pero en el fondo queremos avanzar hacia un cambio cultural sobre la necesaria participación femenina y de disidencias en la música nacional.
¿Cómo este proyecto puede eventualmente impactar en la presencia de mujeres artistas en festivales extranjeros que se realicen en Chile?
Las investigaciones de la plataforma Somos Ruidosa revelan la fuerte desigualdad de género que existe en América Latina: la participación femenina no supera el 10% en más de 66 festivales analizados entre el 2016 a 2018. Lo que quiero destacar es que esto es una realidad regional que buscamos cambiar con nuestra legislación. Por lo tanto, de realizarse eventos en el país, no habría dudas que replicarían esa discriminación de género, a menos que una ley les obligue. Por lo tanto, el impacto, junto con este cambio cultural del que te hablaba anteriormente, es que entregará oportunidades de trabajo a las mujeres y que claro, con la realización de festivales extranjeros, esto permitirá que se visibilice su trabajo en la esfera internacional, lo que podría implicar, entre muchas cosas, mayores recursos que permitan que su carrera musical crezca y continúe desarrollándose. Lo que quiero relevar es que esto no es un capricho, ni menos resultado de la ‘ideología de género’, sino que es garantizar el derecho al trabajo de las mujeres.
El estudio mencionado por la diputada Castillo fue realizado por la plataforma Somos Ruidosa, el cual arrojó que en carteles de distintos festivales de Latinoamérica, entre el 2016 y 2018, la presencia de mujeres como solistas o bandas no supera el 10%, en un universo de más de 3 mil artistas. Conoce el estudio aquí.
¿Existen experiencias de proyectos de ley en otros países del mundo que les hayan servido como guía para el proyecto?
Miramos muy de cerca la legislación de Argentina (2019). Parte importante de nuestro proyecto se inspira en esa ley, que también recogió informes de Somos Ruidosa, y ha tenido positivos impactos en la escena cultural, porque se ha promovido y fomentado la participación de mujeres en la industria. No tenemos ninguna duda de que esos avances también ocurrirán en Chile.
Durante el debate en la Cámara, la discusión la recogieron muchos diputados y diputadas, tanto del oficialismo como de la oposición. Si bien hubo puntos en discordia, existió consenso de que hay que reducir las brechas de género en la música nacional. Fue por todas y todos comprendido que el derecho al trabajo no se puede negar por razones de género y esperamos que esta situación no cambie en el Senado. Y en el caso que ocurran cambios, en su segundo trámite legislativo, que sea para fortalecer y dotar de más contenido el proyecto de ley. Toda mejora es y será bien recibida, siempre que vaya en función de fomentar y no restringir la participación femenina y de disidencias en festivales musicales masivos.
Te invitamos a leer la nota realizada por LatFem respecto a la Ley de Cupo Femenino aprobada por la Cámara de Diputados de Argentina el 2019.
¿Qué otras medidas pueden legislarse en Chile que contribuyan al acceso de las mujeres a festivales e instancias musicales masivas?
Quiero destacar que la idea del proyecto nace a partir de mi participación en un festival regional. En ese festival llegamos a un consenso sobre que esa discriminación no podía continuar normalizandose y había que hacer algo al respecto. Esto luego derivó en nuestra comunicación con el equipo de la cantante Francisca Valenzuela y la plataforma Somos Ruidosa. Con estos antecedentes, diseñamos la moción que logró respaldo transversal tanto en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputadas y Diputados, como también en la sala.
Con esto quiero plantear que elevar las inquietudes de las organizaciones sociales y llevarlas al Parlamento es una tarea que, desde esta diputación, consideramos elemental para nuestro trabajo diario. Es una herramienta que consideramos fundamental, además, para empoderar a las comunidades y diferentes orgánicas que estén dispuestas y trabajen para incidir en la política pública.
Sobre qué otras medidas pueden contribuir a crear la condiciones para que las mujeres tengan mayor oportunidades de trabajo en festivales masivos, es propio de la sociedad civil organizada. Esta misma conoce las formas en cómo derribar estructuras que, en este caso, impiden el mayor acceso de mujeres a la música. Tenemos algunas ideas sobre cómo fortalecer esta propuesta, pero para poder desarrollarlas bien, y que realmente tengan impacto y no solo sean maniobras comunicacionales, hay que socializarlas con las organizaciones de base, con las mismas mujeres artista que ven esta discriminación; con las productoras, en general, con toda las actorías involucradas que estén dispuesta en avanzar hacia consagrar este derecho de las mujeres en mostrar su talento musical.