Por Jennifer Mella Escobar*
“Aquí vamos, una vez más”. Fue lo primero que pensé cuando leía los comentarios sobre el sorpresivo anuncio de la cuenta pública donde se colaba en dos párrafos respecto a la minuta enviada a los medios, el anuncio de urgencia para el proyecto de matrimonio igualitario, dejando boquiabiertos y echados en sus asientos a parlamentarios de derecha.
Una y otra vez se nos ha ocupado como comunidad LGBTIQ+ como distractores de una agenda pública inexistente, somos el recurso fácil y progresista que es aludido en palabras, esta vez de la máxima autoridad del país.
La misma autoridad que negó tramitar desde el año 2017 el mismo proyecto que ahora pretende impulsar, dejando sin cumplir compromisos judiciales internacionales y a miles de personas esperando 4 años por su rotunda negativa un avance en materia de reconocimiento conyugal.
Las palabras del presidente, vacías y sin sentido en sus labios, nos suenan a aprovechamiento y distracción, y eso resulta violento para nosotras que, durante años organizadas en espacios disidentes, feministas, separatistas, hemos luchado no por la inclusión en la heteronorma patriarcal, sino que la dignidad a través del debido reconocimiento y respeto.
Y desde estas mismas orgánicas creemos que ello se construye a través de organismos estatales autónomos que promuevan la educación no discriminatoria e inclusiva, y que trabajen en erradicación de crímenes de odio, y en la inclusión desde las diversidades, y en tantas necesidades más de colectivas de la diversidad sexual y expresiones de género.
Desde allí quiero reiterar que no apoyo un anuncio oportunista que, además, sirve de estrado para que el oficialismo y sus grupos de interés vuelvan a denostarnos y humillarnos públicamente con epítetos a estas alturas del siglo, intolerables.
¿Queremos matrimonio igualitario? Sí, cuando seamos capaces también de analizar críticamente dicha institución y modificar la sociedad conyugal que sigue subyugando la voluntad de las mujeres casadas bajo dicho régimen. Queremos matrimonio igualitario una vez que la institucionalidad sea capaz de explicitar que las familias somos diversas e idóneas para tener derechos filiativos y adopción en un marco de igualdad. Sin olvidar la tremenda deuda en materia de actualizar la ley antidiscriminación.
Finalmente, queremos mucho más que matrimonio igualitario, queremos el debido reconocimiento de nuestra dignidad no solo dentro de una unión, sino como personas y colectivas. Que el resguardo de nuestras diversidades sea un valor en nuestra sociedad, y en ello se trabaje de manera institucional. Menos que eso, resultaría inaceptable.
* Convencional electa en el distrito 5 (Andacollo, Ovalle, Los Vilos, Canela, Monte Patria, Salamanca, Combarbalá, Coquimbo, Río Hurtado, Illapel, La Higuera, La Serena) por la Lista Apruebo Dignidad como independiente con cupo de Convergencia Social. Es abogada de profesión, activista lésbica feminista y defensora de los derechos sociales. Ella ejerce su profesión en Ovalle, en las áreas del derecho de familia, civil, laboral y acoge causas relacionadas a los derechos humanos.