Conversamos con Martín de la Sotta, fundador de Chile Necesita ESI, sobre la importancia de incluir la educación sexual integral en las bases curriculares
En Chile se contabilizan 40 mil denuncias anuales de abuso sexual y dentro de ellas la mayoría (85,4%) de las víctimas son niñas, con perpetradores que, por lo general, son cercanos a ellas. Estos datos daban a conocer desde Chile Necesita ESI en el marco de la discusión a nivel país que se generó en torno a la condena por abuso sexual de Eduardo Macaya Zentinilli y la defensa que hizo su hijo Javier Macaya, senador y -ahora- expresidente de la UDI.
Conversamos con Martín de la Sotta, psicólogo y fundador del colectivo, sobre el trabajo que están realizando para incorporar la ESI en la actualización curricular del Ministerio de Educación y por qué se vuelve algo necesario.
“Es una gran transformación aprender sobre tu cuerpo”, nos señala. Luego profundiza diciendo que, en el contexto de los casos de abuso sexual, “la educación formal te puede enseñar a poner límites, saber que dentro de la familia y personas de confianza también puedes decir que no”.

En la misma línea, agrega que la escuela puede ser un espacio de denuncia si es que niños, niñas y adolescentes no pueden darlo a conocer en sus familias. Pero también señala que no es solo responsabilidad de las víctimas estar denunciando, sino que la educación sexual integral es también “una herramienta preventiva y que permite no formar nuevos abusadores”.
Rechazo a la ESI
Respecto a las razones del rechazo a la ESI -dos veces ha sido rechazada en el Congreso- Martín de la Sotta señala que, al no haber tenido ESI, la gente “se imagina que tiene que ver con enseñar prácticas sexuales a temprana edad”.
En ese sentido, afirma que regular la ESI en las bases curriculares permite la tranquilidad y participación de las familias, ya que actualmente “hay lineamientos temáticos, pero en la práctica depende de cada establecimiento”.
Y lo que se hace en general es ofrecer talleres que rellenan espacios, que aparecen cuando hay algún problema relacionado a la sexualidad en la comunidad educativa, pero “no hay políticas constantes o evaluables al respecto”. De hecho, explica, el que se realicen talleres para “apagar incendios” crea la noción de que la sexualidad está asociada a problemáticas, no como algo constante que todos vivimos de diferentes maneras.
Ejes a avanzar

Chile Necesita ESI presentó indicaciones sobre educación sexual integral a la actualización curricular del Ministerio de Educación, la cual comprende los ciclos de 1ro a 6to básico y de 7mo a 2do medio. Esta propuesta, que más adelante deberá ser aprobada por el Consejo Nacional de Educación, debería durar por los próximos seis años.
Martín de la Sotta explica que lo que intentaron hacer es que los contenidos queden mencionados de manera explícita en las bases curriculares, más que solo lineamientos temáticos como ocurre actualmente. “Así como en matemáticas somos explícitos al decir que se trabajará el teorema de pitágoras, se debería hablar de los cambios en la pubertad, métodos anticonceptivos, corporalidad, diversidad, consentimiento, etc”, indica.
Respecto a quiénes deberían implementar estos contenidos, el psicólogo explica que no se trata de una sola asignatura, sino que se identifican tres niveles de intervención que debieran funcionar de manera paralela.
“A nivel curricular, que es lo que lleva adelante el Mineduc, institucional, es decir, que los establecimientos cuenten con infraestructura y mecanismos para resolución de conflictos o evitar el sexismo, y por último a nivel relacional o pedagógico”, concluye.