La Convención por dentro

*Por Francisca Arauna

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El fin de semana antepasado los grandes diarios de nuestro país se encargaron de decirnos que ya habían elegido una opción, el Rechazo. Esperé atenta sus argumentos de por qué rechazaban la propuesta. ¿Qué artículos o temáticas les parecían que no respondían a las demandas del país? ¿Qué artículos desmembraban el país? ¿Cuáles artículos nos excluían? Sentada me quedé esperando, pues lo que vimos, en cambio, fue artículos periodísticos del siguiente estilo: “Convención puertas adentro, Rojas Vade, Escaños Reservados y los otros grupos de la Convención” o entrevistas en profundidad a convencionales cuya actitud dentro de todo el proceso habla por sí mismo.

 

A medida que leía, esperé que dijera algo distinto, algo profundo, pero en cambio sólo fueron intentos de cahuín que no dijeron nada del texto.

 

La actitud de “los otros grupos de la Convención”, nuestra actitud, a diferencia de los otros grupos de la Convención, fue pedir la salida del espacio a todo aquel que podía afectar el proceso constituyente, dar explicaciones, pedir disculpas. ¿Qué hicieron, en cambio, los demás? ¿Cuál fue la reacción de la política tradicional ante espacio Riesco, los financiamientos ilegales de la política chilena, la administración desleal y otros más? Los blindan, les ponen a disposición sus mejores abogadas y abogados, los siguen mandando a la televisión para representar la decencia y la cordura de sus partidos, no dan explicaciones ni puntos de prensa y, por si fuera poco, ese gasto en defensa la tiran como gasto a fin de año a través de sus empresas, al más fiel estilo de las ISAPRES y “sus pérdidas”, pérdidas en representación jurídica.

 

Lo que no dicen es que insisten en defender todos y cada uno de los recursos de protección que la Corte les ha resuelto uniformemente hace más de 10 años que “no pueden alzar de manera unilateral los planes de salud de sus afiliados”. Que raro no haberlo visto en las noticias de la hora de almuerzo, de la noche o en los matinales. Tampoco en los grandes periódicos del domingo.

 

Por si fuera poco, dos exconstituyentes daban su opinión respecto a lo afectados que se sintieron con el comportamiento de “los otros grupos”. Uno de ellos fue de aquellos que menos participó en las propuestas de Sistema Político. Uno que, a pesar de su gran manejo, según mencionan en dicho diario, perdió la cabeza y se retiró indignado de la mesa de conversación de Sistema Político. Ese mismo que llegaba tarde y que esperaba que sus ideas fueran prioridad para la discusión, ese mismo es al que le dan espacios en todos los canales de televisión para hablar de “la Convención por dentro”, cuando no la conoce y no fue parte de los cambios, cuando era el fiel reflejo de lo que no queríamos más para el país.

 

Pero dicho diario quiso seguir y le entrega una entrevista a otra de las convencionales que se vio afectada por “nuestra conducta”, pero no es cualquier convencional, es la que dijo que la Convención era de “una mala educación a la que no estaba acostumbrada”. Sí, esa misma que se río cuando su compañera nos insultó con groserías, la que nos dijo que podíamos tener sexo con un zapato, sexo con animales, que ofreció respeto en su discurso de apertura para luego irse a otro país mientras sesionábamos, la que llenó de violencia las discusiones de derechos fundamentales (si no me cree, la invito a ver cualquier sesión de la Comisión de Derechos Fundamentales).

 

Ese sector, esos convencionales hoy se dicen víctimas cuando lo único que hicieron fue enfrentarse a los chilenos y chilenas representados en la Convención, vieron a los hijos de sus empleados, a sus trabajadores, a los nietos de sus trabajadoras del hogar, vieron al Chile común y corriente que no sale en la televisión.

 

De 154 integrantes, llama la atención que los que se dicen minoría sean los que más quieren excluir, que no cambiaron su discurso, que nos cansaron con sus discursos de odio que solo eran para hacer la polémica de la semana, que no votaban, esos que para tener sus ansiados titulares en los diarios no les importaba mentir y seguir mintiendo.

 

Esos mismos que les están mintiendo en su cara, esos mismos que nombran a Dios para luego discriminarnos, insultarnos, atacarnos, denostarnos y violentarnos. Esos mismos que dijeron que no denunciar un abuso sexual es un acto de amor, esos son los que nos RECHAZAN, pero con amor.

 

Infórmese, lea el texto, vote en conciencia.

 

*Francisca Arauna es exconvencional distrito 18 de la región del Maule. Arauna es abogada e integra el equipo de la plataforma Derecho Fácil.