Eres responsable para siempre de lo que has domesticado

*Lorena Vicencio

Han pasado cinco meses desde la gran derrota de la nueva propuesta de Constitución, la cual fue escrita por 154 constituyentes escogidos por el pueblo chileno, la que sería una Constitución renovada, inclusiva, paritaria y ecológica, fue rechazada masivamente por los ciudadanos y ciudadanas de manera democrática, a través de sufragio obligatorio y masivo.

 

Sin embargo, en aquella propuesta por primera vez había una consideración especial para los animales no humanos, por primera vez se consideraba su sintiencia, su derecho una vida libre de maltrato, una protección a especies animales silvestres de nuestro país y la educación en tenencia responsable y cuidado animal en todas las áreas, propuesta en la cual participé de forma activa como colaboradora.

 

Como médico veterinaria me he encontrado una y otra vez con el obstáculo legal al querer proteger a mis pacientes dado los límites legales de nuestro actuar. Actualmente, los animales son considerados bienes muebles semovientes en el Código Civil, leyes de tenencia responsable y protección animal son insuficientes, no abarcando totalidad de especies (ley 21.020 y ley 20.380). Muchas de estas fallas en el sistema legal han permitido una falta de conciencia, falta de educación, maltrato animal, abandono y desprotección del medioambiente y sus habitantes. No dejemos de considerar la falta de educación en tenencia responsable donde el concepto de que los animales deben “servir” a los seres humanos ha llevado a la búsqueda de reivindicación de los cuidados y derechos jamás otorgados a los animales por parte de la humanidad.

 

Como dijo Gandhi: «La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que se trata a sus animales”. Si analizamos nuestra situación país, debemos de una vez por todas demostrar nuestra grandeza mejorando las condiciones de vida y bienestar animal, de miles de animales de compañía y especies mayores que son maltratados y viven en situación de abandono a causa de la irresponsabilidad y falta de empatía de una sociedad que avanza en tecnologías, en productividad, pero no así en el cuidado del medioambiente y sus habitantes

 

Según el censo de animales de compañía, realizado en el año 2021 por la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Católica, en Chile existen 12.482.679 perros y gatos con dueños y otros 4.049.277 no tienen ninguna supervisión. Pero este censo no considera más especies animales, la ley de tenencia responsable tampoco. En Chile existen múltiples especies de compañía, y al servicio del ser humano, animales que en pleno siglo XXI en las arraigadas tradiciones del campo desempeñan funciones de trabajo, alimentación y cobertura de una serie de necesidades de la sociedad. 

 

En un mundo que avanza a pasos agigantados es importante que nuestra perspectiva de los animales no solo sea desde la “tenencia”, concepto que va desde la propiedad nuestra sobre los animales. La ciencia lo indica y las enfermedades emergentes han demostrado que nuestro vínculo humano-animal-medio ambiente, es más que una relación de propiedad, es también una relación de salud biológica y emocional. 

 

Durante el proceso constituyente fue esencial comprender este concepto, el concepto de una sola salud y su fusión con el concepto de sintiencia, vida libre de maltrato, el cuidado medioambiental, fue desde mi perspectiva veterinaria un intento ahogado de poder al fin mejorar la vida de mis pacientes, de nuestros ecosistemas y para qué decir, nuestra vida también. Porque la relación que tenemos en esta triada es una relación que permite la existencia de sociedades a nivel mundial y comprender el concepto de cuidar y preservar a los animales es también preservar nuestro futuro como especie. 

 

Recuerdo, durante el proceso constituyente, el día que terminamos de escribir la norma, y pensé: “si esta norma se aprueba y se aprueba la nueva Constitución, una de mis misiones personales y más importantes de vida a mis 36 años ya estaría finalizada”. Lamentablemente, el Rechazo fue un balde de agua fría para quienes luchamos y protegemos a los animales.

 

La puerta que se abre al nuevo proceso constituyente es incierta, los actores que se presentan en escena no son conocidos en ámbito de la protección animal, ni mucho menos de la protección de los ecosistemas, pero esta no es ni será la última palabra ni la última oportunidad de resolver la deuda que tenemos con los animales y nuestro medio ambiente, esto es solo el principio en la construcción de una sociedad más consciente, más justa, más cuidadosa, más empática y, por sobre todo, responsable para siempre de lo que ha domesticado. 

 

*Lorena Vicencio es médica veterinaria y excandidata a convencional constituyente por el distrito 6.