En el foro de Icare, los tres expresidentes de la República se refirieron a los desafíos del Consejo Constitucional y la nueva Constitución.
* Por Renata Paredes pasante de La Neta
Este miércoles, se realizó el encuentro “Diálogos para construir el futuro” de Icare. En esta instancia, los expresidentes Eduardo Frei, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, expusieron sus apreciaciones respecto al proceso constitucional en curso.
En su ponencia, Bachelet llamó a tomarse en serio la redacción del nuevo texto y el desafío que significa para el país. “Está en juego ni más ni menos que la posibilidad, tal vez la última que tengamos en mucho tiempo, de acordar un texto constitucional que haga posible una convivencia democrática fortalecida”, declaró.
Asimismo, la exmandataria valoró la labor de su sector dentro del proceso, que a su parecer, ha apoyado “decididamente” el texto de la Comisión Experta y reconocido “sus errores” en la Convención pasada, dejando atrás pretensiones “maximalistas”. Posición que no ve reflejado en sectores de derecha.
“Veo que nuevamente, como en una revancha, los legítimos triunfadores en las elecciones del consejo, pretenden imponer su peso para dar señales identitarias a sus electores”, observó Bachelet.
Un llamado a la vocación democrática
Por lo mismo, invitó a “los sectores de derecha con vocación democrática a ejercer con voluntad y claridad un rol de alerta y contención” respecto a ciertas pretensiones que, a su juicio, podrían “reducir el espacio democrático, los derechos ciudadanos, los derechos de las mujeres y las legítimas disputas en torno a las mejores políticas públicas”.
A pesar de sus aprehensiones, la expresidenta declaró su esperanza en el proceso y en la construcción de un “horizonte común” en la propuesta constitucional, que deberá entregarse a la ciudadanía en noviembre.
“Confío en que el viernes, cuando comiencen a votar en el Pleno del Consejo, primará el valor superior de la convivencia democrática y la necesidad de dar un marco de certidumbre a la vida cívica de los chilenos y chilenas. A mi me encantaría votar a favor de una nueva Constitución, una que supere las trabas e ilegitimidades de la Constitución del 80”, expresó Bachelet.
Desde el centro político, se hizo presente el expresidente Eduardo Frei, que a través de un video pregrabado por estar fuera del país, llamó al Consejo Constitucional a trabajar en una Constitución que promueva el progreso del país y a no desperdiciar esta nueva oportunidad.
“No va a haber espacio antes que cambie el gobierno para una nueva Convención, habremos perdido una nueva oportunidad. Chile no se lo merece, Chile necesita acuerdos”, declaró Frei.
Nuevo proceso constitucional: Una segunda transición
En la misma vereda por los acuerdos, estuvo el expresidente Sebastián Piñera: “Hoy tenemos la maravillosa oportunidad de darnos una buena nueva Constitución y sin duda creo que en esto no tenemos derecho a fallar”.
Para Piñera “una buena Constitución” debe definir los valores y principios básicos que sustentan la vida en sociedad, junto con establecer los derechos, los deberes y las garantías de los ciudadanos frente al Estado.
En cuanto a las materias relevantes para su sector en la redacción de la nueva Carta Magna, el exmandatario relevó la libertad de elección en materia de previsiones, pensiones y enseñanza.
“La libertad de elección en temas como la educación, la salud, la libertad de enseñanza (…) no es un intento de constitucionalizar Isapres, ni las AFPs. Nadie está pensando en eso. Yo creo que esta libertad es una garantía para las personas que van a tener libertad de elegir y por tanto, no caer presos o dominados por un monopolio estatal o privado”, señaló Piñera.
En cuanto a la discusión sobre la interrupción voluntaria del embarazo, el expresidente cree que la protección de la vida del que está por nacer “corresponde a un valor muy fundamental en el que tenemos que ser capaces de ponernos de acuerdo”.
Y concluyó su exposición invitando a terminar lo que catalogó como “una segunda transición”, que culminaría con una nueva Constitución.
“La primera fue la transición de un gobierno militar a una democracia plena. La segunda es pasar de ser un país en desarrollo a un país sabio, desarrollado, que permita a todos sus hijos desarrollar en plenitud sus talentos, cumplir sus proyectos y buscar la felicidad”, expresó.